Interes Público
Artista (s): El desempeño de Peso Pluma en Quito fue todo un éxito, generando entusiasmo entre el público que le expresó su aprobación con gritos y aplausos
Tuesday 14 March 2017 00.37
A pesar del frío característico de las noches de diciembre en la capital, el escenario del coliseo General Rumiñahui de Quito se llenó rápidamente de calor gracias a la euforia desatada por Peso Pluma. Su energía contagiante hizo que muchos fanáticos se deshicieran de sus abrigos para sumarse a la celebración. Hassan Emilio Kabande Laija, conocido como Peso Pluma, hizo su entrada al escenario después de las 21:00 horas, marcando el inicio de su presentación con la canción "Rubicón". La reacción del público no se hizo esperar, con gritos y aplausos que llenaron el lugar, cuyo diseño, al estar construido bajo el nivel de la superficie, le otorga la apariencia de una olla gigantesca.
El coliseo General Rumiñahui, inaugurado el 9 de julio de 1992, tiene una capacidad para albergar a 15.000 personas. Este recinto se destaca como el espacio deportivo cerrado con mayor capacidad en la ciudad de Quito y se utiliza no solo para eventos deportivos, sino también para espectáculos artísticos, como el concierto mencionado. Durante el acceso al coliseo, en el marco de un operativo de la Policía Nacional, una mujer policía indicaba a los asistentes que mantuvieran sus chompas abiertas, señalando con su brazo extendido. Este operativo tenía como objetivo verificar que los asistentes no ingresaran bebidas alcohólicas al concierto. Afortunadamente, el público colaboró y el proceso se llevó a cabo sin contratiempos.
En medio de la euforia, durante la segunda canción "Zapata", el artista de corridos y tumbados no soltó su micrófono, decorado con corazones y signos de dólar, y lanzó una pantalla hacia el área entre la tarima y el público. La pantalla cayó a pocos centímetros de Salomé, una fanática presente en el evento. Aunque algunos fragmentos alcanzaron a tocarla, no resultaron en consecuencias dañinas para ella.
"Realmente me gustó mucho, experimenté una vibración de emoción y me contagié de la alegría y los sonidos de todos los instrumentos. Es un género nuevo para mí, ya que tengo 33 años, y después de este concierto me dieron ganas de seguir escuchando al artista. También me quedé muy contenta al ver la alegría de tantos jóvenes, incluida mi hija adolescente de 16 años", expresó Salomé González. Sin embargo, añadió: "Lo único que no me gustó fue que el televisor lanzado por el artista golpeó mi pie y recibí lo que saltó del aparato".